De acuerdo a un estudio publicado esta semana en Inglaterra, el nivel de lenguaje de niños de estratos vulnerables tiene un desfase de, al menos, un año al momento de comenzar la escuela.
El organismo de caridad Sutton Trust, entidad que apoyó la investigación, señaló que los resultados muestran que el impacto de las desigualdades en el aprendizaje comienzan desde muy temprana edad y deja a los niños de segmentos más pobres con la dificultad de enfrentar estas diferencias en los años posteriores.
El estudio también considera que estos obstáculos se pueden asumir de manera exitosa contando con padres con una buena formación académica y poseer condiciones básicas como una buena alimentación y un sueño regular. Además, la investigación sugiere que las familias dispuestas a limitar los efectos de la pobreza en sus hijos pueden comenzar, por ejemplo, leyéndoles a sus niños diariamente.
La investigación, dirigida por académicos de la Universidad de Bristol, analizó el rendimiento de una muestra representativa de más de 12 mil niños, la mayoría de entre 3 a 5 años de edad a través de un "test de vocabulario".
De acuerdo a los resultados de este instrumento, los menores pertenecientes al 20% de las familias más pobres tuvieron una edad promedio de desarrollo de 53,6 meses. Para los niños de clase media, el índice fue de 64.6 meses. Mientras que para aquellos pertenecientes a los segmentos más altos, alcanzaron una edad de desarrollo de 69.8 meses, una edad superior entre 5 a 16 meses respecto a lo niños de los otros segmentos.
En tanto, la lectura diaria de padres a hijos mejoró considerablemente el rendimiento en los tests. También, visitar regularmente las librerías o bibliotecas redujo en 2.5 meses las diferencias entre los segmentos socioeconómicos. Sin embargo, el estudio encontró que sólo el 45% de los padres de estratos más pobres leía diariamente a los niños, comparado casi con el 78% del segmento más rico que lo hacía.
Otro dato revelador fue que más de un tercio de los niños de los segmentos más desfavorecidos tienen padres con una formación elemental básica; mientras que 4 de 5, en las familias más ricas, al menos posee un nivel universitario.
El director del Sutton Trust, Sir Peter Lampl, dijo que "si bien los resultados son preocupantes, también plantea el gran potencial que puede tener una buena formación de parte de los padres. De esta manera, se puede superar algunos de los impactos negativos de la pobreza en el desarrollo de los niños".
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