jueves, 16 de junio de 2011

La desigualdad en Chile no da tregua



La profunda desigualdad en la distribución de los ingresos en Chile no da pie atrás y las estadísticas lo confirman. Este martes el ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco, sumó un nuevo dato al debate al señalar que el 10 por ciento de los hogares más ricos tiene un ingreso per cápita 78 veces mayor al del 10 por ciento más pobres.

Según la información proporcionadas por el ex secretario de Estado, el promedio de ingresos por integrante del grupo familiar en los sectores acomodados es de un millón 100 mil pesos mientras el de los sectores más vulnerables alcanza sólo los 14 mil. Esta realidad se explicaría, principalmente, por las inequidades en el acceso al trabajo.

Para el economista y director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Andrés Solimano, esta diferencia en el acceso a los puestos laborales estáría dada porque en los hogares más pobres “la tasa de desempleo es mucho mayor que en los sectores medios y altos. Pero además tienen remuneraciones muy bajas, lo que crea todo un círculo de pobreza y desigualdad”.

De hecho, algunos indicadores señalan que en el 20 por ciento más pobre hay 0.8 ocupados por familia que, en promedio, tienen ingresos inferiores al salario mínimo, que este año se ubicó en los 172 mil pesos.

Sin embargo, a juicio de Solimano, este no es el único factor que contribuye a la desigualdad, sino que se suma al inequitativo acceso a la producción de la riqueza y a la segmentación de la educación.

Por su parte, el economista Hernán Frigolett, aseguró que la desigualdad en Chile es tan abismante que, incluso, si se calcula el promedio de los ingresos de los hogares para la economía en general, éste supera los recursos de la clase media y sólo las familias más ricas se ubicarían por sobre esta línea.

“El promedio del cuarto quintil no alcanza a superar el promedio obtenido para toda la economía, entonces nos está diciendo que el patrón distributivo es tan malo que ni siquiera el ingreso promedio de una economía representa en ingreso de la clase media. En países más desarrollados el ingreso promedio de la economía coincide con el tercer y cuarto quintil, entonces se sitúa en la situación de lo que llamaríamos clase media. En ese sentido la clase media parece que en Chile no existe”, sentenció el especialista.

Los expertos aseguraron que es necesario implementar una reforma tributaria que afecte a los quintiles más ricos con una tasa progresiva para el 10 por ciento de ellos. Pero además apuntaron al imperativo de buscar políticas que aumenten los ingresos, donde el salario mínimo se incremente de manera sustancial.

En esa línea, el diputado del PS miembro de la comisión de Superación de la Pobreza de la Cámara, Fidel Espinoza, cuestionó las medidas que ha tomado el Gobierno en la materia, pues aseguró que perjudican la calidad de los puestos laborales de las familias vulnerables.

“Hay modificaciones tan brutales como aquellas para descontar a los trabajadores la colación y la movilización y con hacer descontable los créditos de consumo que tengan los empleados de su finiquito. Este gobierno está actuando legislativamente de forma pro empresarial, lo que aumenta la desigualdad y el acceso equitativo al trabajo”, dijo el parlamentario.

La escandalosa desigualdad en Chile se ha mantenido en los mismos índices en la última década y no ha sufrido oscilaciones importantes entre 2003 y 2009. Los números hablan por sí solos: Mientras las siete familias más ricas del país tienen un patrimonio conjunto de 75 mil millones de dólares, superando tres veces al Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, un millón de personas ganan el sueldo mínimo.

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