Son un insulto al país, al Magisterio y al estudiantado, las atrevidas, insolentes y lamentables declaraciones que en el día de ayer ha emitido la Ministra de Educación, adelantando magros resultados en la PSU debido al mal trabajo del magisterio.
La Ministra y el gobierno mienten sin pudor.
1.- Se negó por parte de los principales personeros del gobierno el haber reconocido ante el Parlamento y ante la OIT la Deuda Histórica. Viera Gallo, Jiménez, Velasco, Tohá, dijeron reiteradamente que la deuda no existe. La ciudadanía entera reconoce esa deuda con el Magisterio.
2.- Se amedrentó a la opinión pública y presionó al parlamento diciendo que de no aprobarse el presupuesto de educación no habría textos escolares, becas, raciones alimenticias y otros. Esto es de absoluta falsedad pues existe el veto presidencial para reponer recursos.
3.- Se afirmó estar abiertos al diálogo pero nunca dieron lugar a que éste se realizara.
Podríamos hacer una minuciosa lista en el mismo sentido.
Pero la gota que rebasó el vaso de este último mes, es que la Ministra Jiménez ahora direcciona a la opinión pública en contra de los educadores. Ya es hora que se reconozca, como lo ha hecho la propia OCDE, que éste es el sistema educativo más segmentado del mundo, y que mientras no se
realicen los necesarios profundos cambios para fortalecer y mejorar una Educación Pública para todos y todas, seguiremos teniendo un sistema fragmentado donde algunos pocos tendrán éxito, y la gran mayoría irá al fracaso.
La PSU, prueba de selección universitaria, es un mecanismo selectivo funcional a las reformas basadas en estándares y que, por tanto, expresa la crisis de calidad, de equidad y de segmentación social que afecta a los establecimientos que forman parte del “apartheid educativo” que rodea a la educación municipalizada.
Mientras la educación no vuelva a ser pensada como responsabilidad del Estado, en todas sus dimensiones, particularmente la pedagógica, y siga prisionera de criterios de mercado, se mantendrá la brecha.
Para los docentes la PSU es una forma de expresión del empobrecimiento de la profesión y para los estudiantes es una mentira, pues en apariencia democrática porque es la misma para todos, socialmente es antidemocrática porque ignora los contextos de la realidad en ocurren los
aprendizajes.
Llamamos a las autoridades a elevar el nivel de la discusión y del análisis y no faltar a la verdad.
DIRECTORIO NACIONAL
COLEGIO DE PROFESORES DE CHILE
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