Paulina Jiménez – Profesora
Publicado en el Diario EL SUR de Concepción
Martes, 24 de Noviembre de 2009
En todo el tiempo que duró el paro de profesores, pude leer distintas cartas de lectores que estaban en contra del mismo y que hablaban de la deuda de los profesores con los alumnos por la mala calidad de la educación municipal.
No voy a negar que existen profesores malos o más bien que no logran la conexión necesaria con los alumnos, pero hacerlos responsables de la decadencia de la educación me parece que es minimizar el problema y sacudirse culpas.
Nuestra educación municipal está en decadencia, eso no hay quién lo pueda negar, pero las responsabilidades son compartidas, en primer lugar la obsesión por la tecnología, es cierto que ayuda y facilita el aprendizaje, pero no es el centro de la educación, por ejemplo los alumnos chinos y japoneses aprenden a sumar con ábacos, en muchos países desarrollados se usan todavía pizarras para tiza, y los alumnos aprenden igual, porqué aunque se tenga la mejor tecnología no sirve si no se entiende que solo es un apoyo.
Segundo, las brillantes mentes creativas de nuestro Ministerio de Educación, decidieron que la mejor forma de enseñar, es que el alumno sea quién construya su propio aprendizaje, pero de lo que se olvidaron o bien pasaron por alto es que para que eso ocurra es necesario que nuestros alumnos tengan un mínimo de conocimientos previos, lo cual es bastante difícil si consideramos que los alumnos de colegios municipales pertenecen en su mayoría a un estrato socio cultural bajo, que en su mayoría manejan un precario léxico, que les dificulta bastante desarrollar guías, porque no logran entender lo que leen.
Tercero, los padres piensan que las escuelas y liceos son una especie de guardería donde los hijos se van a tirar, faltan a las reuniones, no aparecen jamás a preguntar como es su desempeño, y además permiten que sus hijos lleven al colegio Mp3 o 4, planchas para alisar el cabello, maquillaje, juegos de cartas y otros, por lo que en clases uno puede ver como los alumnos hacen cualquier cosas menos las actividades del ramo.
Cuarto, los profesores estudian una especialidad, pero ahora resulta que además tienen que enseñar valores, hacer prevención del consumo de drogas y educación sexual, con los de básica tal vez se pueda intentar enseñar valores, pero en la media es algo complicado, y además es un deber de los padres, al igual que la educación sexual, en cuanto a la prevención, concuerdo en que es un deber de todos.
Quinto, nuestros adolescentes consumen alcohol tanto o más que los adultos, con lo cual matan sus neuronas e impiden que su cerebro termine de formarse, pero a nadie parece importarle, porque de lo contrario ¿cómo se explica que hayan botillerías a menos de 100 metros de donde se ubican los colegios? ¿Qué le vendan alcohol a menores de edad? ¿Qué nuestros adolescentes fumen? ¿De dónde obtienen los cigarros?
Sexto, estas generaciones corresponden a las generaciones de los derechos, pero desconocen sus deberes, esperan que todo se les dé, sin hacer nada para compensar, son intolerantes a la frustración, no respetan ni a sus padres ¿cómo se puede esperar que respeten a los profesores?, además muchas veces los padres se sienten culpables por dejarlos solos, o por estar separados y los compensan consintiendo todo sin exigir nada.
Séptimo, la televisión basura, con esta seudo farándula, que hace creer a nuestros jóvenes, que el futuro es casarse con futbolista o entrar a un reality, que idiotiza en lugar de difundir cultura.
Octavo, 45 alumnos por sala, en algunos casos 47 o 48, y horarios de 44 horas aulas, para sacar un sueldo relativamente decente, lo que hace que un profesor tenga un promedio de 11 cursos si tiene cuatro horas con cada curso, que salga de una sala para entrar a otra, que en promedio vea 450 alumnos a la semana y trate de entender sus problemas, porque “cada persona es un mundo”, además de tener que revisar trabajos, preparar material, atender apoderados y planificar, horas que no entran en el contrato, actividades que no se pueden hacer en la sala y por las que no se paga, van de acompañamiento. Se supone que un médico gana en promedio 1 millón de pesos (algunos mucho más, otros menos), la razón los años de estudio, la especialidad y el hecho de que salvan vidas, pues bien sin profesores no habrían médicos, y el gremio tiene en sus manos el futuro de Chile, ¿no debería haber un considerable aumento de sueldo?, digo para bien o para mal todos tuvimos un profesor, algunos malos y otros demasiado buenos, como una profesora de inglés, que me hizo aprender su ramo y sacar buenas notas, por el sólo hecho de creer en mi, “Querer es poder” era su frase favorita.
Noveno, la ridícula evaluación docente, ¿Por qué no funciona? porque no evalúa la realidad, es un verdadero teatro el que se arma en los colegios para cumplir con ella, y además debería ser algo tan simple como que alguien vaya al colegio,entre en la sala y observe la clase para luego interrogar a los alumnos y ver que han aprendido, lo otro es una pérdida de tiempo.
Por último, es cierto que hay profesores malos, pero para corregir eso se debería reestructurar la carrera docente, haciendo pruebas sicológicas, al inicio de la carrera y subir las exigencias para pasar los cursos o ramos y por supuesto hacer una prueba de conocimientos al término de la carrera.
Debo agregar que en el país de los ciegos el tuerto es rey, así que no es tan extraño que se diga que los colegios particulares son mejores, aunque en las mediciones internacionales están muy por debajo del rendimiento general.
Estas en mi humilde opinión son algunas de las razones de que nuestra educación no funcione.
Paulina Jiménez – Profesora
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