martes, 14 de junio de 2011

Educación: Mantenerse movilizados y que lo pague el Estado


Ante la indiferencia del poder de turno, ante la incapacidad de sus instituciones para recoger el clamor y las reivindicaciones soberanas de los pueblos que enarbolan banderas de justicia ambiental y social, se ha levantado un viento dado por aquellos cuya paciencia se agotó, un halo que cruza a aquell@s ciudadan@s que luchan por revertir -hermanados con las multitudes desde los márgenes, diversos y unitarios- todo aquello por lo que nunca se nos preguntó y se instaló para nuestras vidas por medio de la dictadura del dinero, las armas, la represión y el engaño.

Exacerbado el arte de las cadenas y la miseria para los pueblos, la fortuna para los banqueros, para la usura, para la especulación inmobiliaria, para concesiones multimillonarias con el Estado cooptado por el capital financiero internacional, se ha empobrecido a todas las naciones y se han saqueado las materias primas, usufructuado del herario público. Operaciones como las relativas a enriquecer con el metal extraído cruelmente de nuestra Cordillera de Los Andes, yendo a ser convertido en balas para sus armas asesinas o fríos lingotes de oro que facilitan la especula del dinero.

Se ha mantenido y se ha exacerbado la desigualdad de oportunidades mediante una forma de entregar educación a la población que sigue siendo desigual y hoy más que nunca el acceso a ella, está mediado por la Banca. Todos los costos de la vida suben, pero en relación a ello los ingresos no crecen parejamente para los habitantes de Chile, si no lo que crece es la oferta de deuda a tasas usureras.

El ministro de Educación, Lavín, bajo su sonrisa lo sabe, lo que en el fondo hace, es seguir endeudando a las miles de familias chilenas que quieren una educación de calidad para sus hijos libre y pública, pero busca endeudarlos en tasas “módicas”, haciendo incluso responsable al joven estudiante para que luego de egresado regrese el dinero invertido, siendo que sus padres ya desembolsaron una parte importante para hacer posible su alimentación, su educación.

En este Chile donde se ha hipotecado nuestro futuro, parece no quedar otra salida que el mantenerse movilizados.

El Ciudadano

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