Durante el mes de abril se dio a conocer una nueva medida del gobierno a través del Ministro de Educación, señor Joaquín Lavín, la cual consiste en la firma de Contratos de Honor con las familias por la educación de sus hijos. Frente a ello, el Colegio de Profesores de Chile declara:
Esta medida ha contando con un gran rechazo de los padres y apoderados, así como de la sociedad en general, en tanto exige de los padres una determinada manera de educar a sus hijos, atribuyéndoles toda la responsabilidad. En foros que se han abierto para opinar sobre el tema, es posible leer opiniones de este tenor: “No necesito del "padre" gobierno para educar a mi hija. Este es un paternalismo de la derecha conservadora para liberarse del compromiso del Estado para proporcionar el derecho de la educación. No me extrañaría que después de estas "firmas" legitimen privatizar aún más la educación en el país, con la discriminación y las b r e c h a s s o c i a l e s q u e s i g n i f i c a n l a s i n i c i a t i v a s " p r i v a d a s " d e e s t e g o b i e r n o "
(http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/verContenido.aspx?ID=209233)
De igual forma, en el documento no queda estipulado cuál será el compromiso que el Estado hace con las familias para resguardar y asegurar el Derecho a la Educación. Es evidente que todos los actores del sistema educativo tenemos responsabilidad en el mejor desarrollo de los procesos de enseñanza de los estudiantes. No obstante, resulta insostenible que el Estado insinúe que su responsabilidad es equivalente a la de las familias. Quien Gobierna, siempre tendrá una mayor responsabilidad, pues es quien debe garantizar que la educación pública permita la igualdad de oportunidades y el desarrollo integral de los educandos, que son los que en el futuro podrán poner sus mejores capacidades en función del desarrollo de la nación. La educación en este sentido no es sólo un dato de la causa para un Gobierno, sino una tarea estratégica.
La molestia es clara: El gobierno asume que las familias no se comprometen con la educación de sus hijos, soslayando los contextos sociales en los cuales viven la mayor parte de las familias, contextos que en absoluto pretende atender.
La OCDE y múltiples estudios nacionales han demostrado sistemáticamente las profundas brechas sociales que existen en nuestro país, lo cual repercute inexorablemente en las capacidades que cada núcleo familiar tenga a la hora de asegurar los compromisos que el documento plantea. Recomendaciones como tener libros en la casa o un espacio específico para que el alumno pueda estudiar son lujos que en una sociedad como la nuestra la mayor parte de la población de nuestro país no puede darse.
No tenemos duda de que un tema tan delicado como la educación de los niños y niñas de nuestra patria debe ser abordado con participación real de los actores,sobretodo los padres, y no desde formalidades que en ningún caso se hacen cargo del fondo de los problemas de la educación chilena. El acto de presentar el llamado Contrato de Honor es más un acto de propaganda que un insumo que realmente pueda mejorar la calidad integral de nuestra educaciónpública, y las recomendaciones propuestas, son más bien sentido común sistematizado que por sobretodo entregan un mensaje perverso a éstas: si no se hace lo que el contrato dice, entonces se es mala madre o mal padre y es de su exclusiva responsabilidad lo que pase en el futuro.
Con un contrato como éste, lo que se legaliza con total impunidad, es la libertad de enseñanza y la responsabilidad de las familias de educar; no obstante que contundentes estudios demuestran que no es suficiente el esfuerzo familiar para que un joven pueda superar las barreras socioeconómicas que impiden, ya sea seguir estudios superiores por el alto costo de ellos o encontrar un buen trabajo, dada la desigualdad y estigmatización social que opera en nuestro país.
Por todo lo anterior, es que llamamos a todos los actores sociales y políticos que se sientan postergados en laparticipación por el fortalecimiento de nuestra educación, a unirse en torno a la recuperación de la educación pública
y retornar a un Estado que realmente garantice que nuestros hijos e hijas tendrán una educación de calidad integral,con igualdad de oportunidades e integración social.
El llamado es, en definitiva, a frenar la agenda privatizadora que este nuevo gobierno pretende imponer, ya sea através de leyes o en este contrato abusivo contra los padres, todas expresiones de una concepción de la educaciónque hoy busca abrirse paso a costa de dividirnos. Hoy más que nunca la amplia unidad es un valor que debemos resguardar y que debe tener como norte la defensa y recu peración de la educación pública .
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