lunes, 16 de mayo de 2011

Benjamin Levin llamó a los profesores a confiar en las capacidades propias y las de sus alumnos


la necesidad de que las autoridades se preocupen de trabajar “con los profesores que hoy existen” para mejorar sus competencias en el aula.
La fotografía de Arne Boldt no dejó a nadie indiferente. Frente a más de 1.000 profesores y directivos que llegaron hasta el IV Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, efectuado en el Hotel Sheraton, el investigador canadiense Benjamin Levin, mostró la fotografía de esta joven deportista que aparece en plena competencia de salto alto, momentos antes de lograr una marca histórica: 2.04 metros.

Si bien este resultado es impresionante para los estándares de cualquiera, en el caso de Boldt era aún más extraordinario porque sólo tenía una pierna.

Benjamin Levin, experto en liderazgo escolar y política educativa del Instituto de Estudios Educativos de la Universidad de Toronto, explicó que ella perdió su pierna derecha en un accidente con un taladro a la edad de tres años, pero destacó que esto no le impidió competir en una variedad de deportes como natación, esquí y voleibol.

Con esta fotografía, Levin quiso transmitir un mensaje simple y directo a los profesores: es fundamental creer en las capacidades que tienen los estudiantes para lograr sus sueños.

Al respecto, señaló: "Muchas veces subestimamos el potencial de nuestros alumnos, pero es muy mala nuestra capacidad de predicción en ese sentido. En este auditorio, probablemente hay personas que a los 8 ó 10 años tenían serios problemas académicos en la escuela, pero lograron superarse y desarrollar una carrera y una vida exitosa para sí mismos. Luego, yo los invito a hacer la siguiente reflexión: ¿Cuántas Arne Boldt hay en nuestra escuela, en nuestro curso? ¿Cuántos de ellas/os tienen potencial para ser científicos, artistas o profesores? La verdad es que no lo sabemos, pero debemos creer que sí pueden lograrlo. Si bajamos nuestras expectativas, con el ánimo de que no sufran o no se frustren, no vamos a ayudarlos para que puedan transformarse en personas capaces de dar grandes saltos, aunque sólo tengan una pierna".

La relevancia de tener altas expectativas

Las palabras de Levin eran escuchadas con atención por todos los profesores y directivos presentes, particularmente por los nuevos miembros de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, a quienes se dio la más cordial bienvenida durante este encuentro.

Alguien podría pensar que es obvio creer en las capacidades de los alumnos, pero quienes conocen de cerca la realidad escolar saben que lamentablemente este espíritu a veces no se lleva a la práctica en el quehacer del día a día, particularmente en contextos vulnerables. Y frente a esto, Benjamin Levin, entregó datos concretos que muestran cómo inciden las altas expectativas en la calidad de los aprendizajes.

Se refirió a los resultados de PISA (sigla en inglés del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, efectuada por la OCDE), que involucran a 65 países a escala mundial. Explicó que en China, Corea y Singapur, al cruzar estos resultados con variables socioeconómicas y otros indicadores, es posible detectar que muchas escuelas con un porcentaje importante de niños en condiciones de vulnerabilidad tienen mejores resultados que escuelas que tienen pocos niños en esa situación.

Para demostrar lo anterior, mostró que estos países se ubican en la parte superior de un gráfico, en un espacio que representa a aquellas naciones con altos puntajes en la prueba PISA de Lectura. Asimismo, estos países se ubican en el cuadrante izquierdo, que a su vez representa a aquellos países que están por debajo del promedio OCDE a nivel socioeconómico. Luego, mostró qué ocurría en China, Corea y Singapur entre dos variables: desempeño escolar y situación socioeconómica de las escuelas.

Frente a los datos expuestos, afirmó: "La pobreza no determina el destino de un alumno. La pobreza incide en los resultados, pero no lo determina todo. El desempeño escolar dependerá de cómo los profesores van a lidiar con aquellos alumnos que tienen peores resultados académicos, de las expectativas que tienen frente a ellos y si son capaces o no de trasmitirles esas expectativas".

Para ilustrar esta idea, Levin contó la siguiente anécdota: Un profesor de matemática llega a su curso el primer día de clases y les dice a sus alumnos que todos van a aprobar este año. "¿Por qué? –pregunta el profesor a los estudiantes-. Muy simple: primero, porque yo soy un excelente profesor y segundo, porque he tenido cursos peores que éste y todos aprobaron con éxito".

Pero junto a la importancia de comunicar con seguridad y optimismo estas altas expectativas a los alumnos, hay otras estrategias que influyen decididamente en mejorar la calidad de los aprendizajes. Por ejemplo: buscar tareas correctas que realmente motiven a los jóvenes, para lo cual es fundamental averiguar cuáles son sus gustos, aficiones e intereses; y desarrollar prácticas instruccionales efectivas, lo que implica no quedarse estancado en una actividad como podría ser el dictado cuando hay tantas otras actividades conducentes a desarrollar con éxito el proceso de lectura y escritura.

Trabajar con los profesores que hoy existen

No obstante lo anterior, Benjamin Levin está convencido que la inequidad del ingreso existente en Chile es un factor que hace mucho más difícil mejorar en la calidad de la educación y, en particular, sostiene que esta realidad no contribuye a reducir la brecha entre escuelas públicas y privadas.

Propuso a las autoridades de nuestro país dos medidas concretas: primero, escuchar a todos los actores involucrados en el tema -tal como se realizó en Ontario, donde se instaló una mesa de diálogo formada por directivos, docentes y empresarios, que permitió lograr un consenso frente a la reforma educacional que iban a implementar- y, en segundo lugar, no pretender reclutar a los mejores para enseñar en las salas de clase, puesto que es poco probable que los más capaces quieran quedarse en esa labor y, además, es una apuesta a muy largo plazo. Levin es un defensor de los docentes que hoy ejercen en la sala de clases y está convencido que ellos, con los apoyos e incentivos correctos, pueden mejorar notablemente su desempeño. "Mientras más ayudemos a los profesores que hoy existen a mejorar, ellos estarán más contentos y con más energía para enfrentar el quehacer docente. Podrán estar optimistas cada mañana, porque ellos sí quieren mejorar y ser exitosos en lo que hacen que es enseñar".

Intervención de Joaquín Lavín

Dada la relevancia del IV Seminario Internacional de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza –que reunió a más de 1000 profesores y directivos de todo el país-, la inauguración contó con la presencia del ministro de Educación de Chile, Joaquín Lavín Infante. Además, intervinieron las más altas autoridades de las organizaciones responsables del seminario: Fundación Minera Escondida, Diario El Mercurio y el Área de Educación de Fundación Chile.
El titular de la cartera de Educación aprovechó esta oportunidad para destacar la importancia de contar con directores con un verdadero liderazgo para mejorar la calidad de la enseñanza.
Señaló que "ellos deben ser capaces de armar un equipo de gestión y de cambiar a un porcentaje de profesores. Esto fue algo muy polémico, al tramitarse el proyecto de ley de calidad y equidad de la educación, pero finalmente se aprobó porque ¡cómo no íbamos a dar el director la facultad de cambiar al 5% de los docentes de su colegio! Si no, ¿dónde está la autoridad?, ¿la facultad de formar equipo?, ¿de dejar huella?"
Está convencido que esto no debe generar temor entre los docentes, porque en ningún caso un director podrá despedir a un buen profesor.
fuente: educarchile.cl

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