miércoles, 24 de agosto de 2011

Fin al Lucro en Educación: Mitos y Verdades

En el marco de las actuales movilizaciones por la recuperación de la educación pública, es que se ha presentado al debate público y parlamentario una iniciativa que busca poner fin al lucro en educación con recursos públicos. Este debate ha marcado con claridad cuáles son las posiciones que cada actor tiene respecto al rol del Estado y del mundo privado en educación, así como las posiciones de carácter sistémico-ideológicos de fondo.
Es por ello que el Departamento de Educación y Perfeccionamiento del Colegio de Profesores de Chile expresa lo siguiente:
1. Reiteramos, como punto de partida para un debate serio e informado, que nuestra
posición no es acabar con el sistema particular en la educación, si no con el lucro de establecimientos que perciben recursos públicos, junto con lo cual se debe recuperar y fortalecer la educación pública. Tenemos la certeza histórica de que el sistema de educación siempre ha sido mixto, donde los privados que han intervenido en
educación han agregado particularidad a la labor del Estado en materia educativa. Esa
lógica fue rota con las reformas impulsadas por la Dictadura Militar en los ochenta, lo cual implicó que se iniciara el negocio de la educación, cuyo final es el lucro por parte de privados en detrimento del rol del Estado en materias educativas.
2. A partir de esa afirmación, es que para el Colegio de Profesores es central abordar el problema del lucro en educación con la totalidad de los elementos vinculados en este debate. Los defensores del lucro en educación han argüido al menos tres elementos a considerar: Diversidad de proyectos educativos; Competencia entre establecimientos mejora la calidad de la educación; y perjuicio a las familias (de escasos recursos) que han optado por educar a sus hijos en dichos establecimientos. Abordaremos los tres supuestos uno por uno.
Sobre la diversidad de proyectos educativos debemos consignar que efectivamente el
sistema de educación fue, ha sido y seguirá siendo mixto en relación a su propiedad,
ya que efectivamente se ha valorado, histórica y pedagógicamente, que la educación
particular ha entregado algo más a la labor primordial del Estado en educación.
Ejemplo de ello han sido los proyectos confesionales que han buscado evangelizar o
formar a sus fieles en sus creencias religiosas, así como también capacitar a los
jóvenes de escasos recursos con formación técnica (Salesianos); también hemos visto
proyectos de colonias que han buscado resguardar su identidad lingüística y cultural
(Establecimientos alemanes, hebreos, árabes, ingleses, etc.); como también proyectos
que buscan formar en nuevas metodologías o paradigmas educativos alternativos
(Montessori, Waldorf o Freinet). Esa ha sido la experiencia de la colaboración de los
particulares a la labor primordial del Estado, pero lo que ha ocurrido hoy es que los
privados, a partir de las reformas de los ochenta, ya no cumplen con esa
particularidad. Desde que se impuso el negocio en la educación, la motivación central
ha sido la maximización de ganancias para ser retiradas a través de utilidades, es decir, el lucro. Con esto la importancia del proyecto pedagógico alternativo, que agrega particularidad al curriculum nacional entregado por el Estado a la educación de carácter pública, ya no existe, sino sólo el afán de ganar a costa de los sueños de los
niños. En este sentido se podría argüir fácilmente que aquellos establecimientos
particulares subvencionados que no lucran, sí tienen un interés por cumplir con una
labor colaboradora con el Estado agregando particularidad educativa, ya que su fin no
es la ganancia, sino la educación.
4. Sobre el argumento de que la competencia entre los sostenedores por mejorar su
oferta educativa implica mejorar la calidad de la oferta – en este caso de la educación
–, debemos señalar que hay múltiples estudios que demuestran lo contrario. De hecho
los colegios particulares subvencionados con fines de lucro poseen menos o similar
rendimiento que los municipales de igual condición socioeconómica. El estudio 7
Fenómenos sobre educación y desigualdad en Chile del Centro de Investigación en
Estructuras Sociales (FACSO-UCH, 2011) fue enfático en señalar que “a iguales
condiciones sociales de la comunidad que es recibida en un establecimiento, siempre
es el colegio municipal el que produce los mejores resultados a igual nivel de
inversión. En este sentido, las políticas públicas que tendrían sentido son las que se
orientasen a otorgar mayor presupuesto a establecimientos municipales, que
muestra ser la zona de eficiencia del sistema”. Es por ello que la idea de que la
educación como bien de consumo y el lucro como motor del desarrollo (en
competencia) cualitativo del sistema escolar se cae a pedazos.
5. En último término, debemos abordar el problema que supondría el fin del lucro en
perjuicio de las familias que han optado por educar a sus hijos en establecimientos
con dicho fin. Según múltiples personeros, entre ellos Loreto Fontaine (Directora de la Unidad de Currículum del MINEDUC), eliminar el lucro en el sistema escolar supone un grave error ya que los padres de los estudiantes han elegido ese tipo de educación
como la más adecuada para sus hijos. En consecuencia, bajo la mirada de Fontaine, “si
se le retira la colaboración del Estado (subvención) dónde se irían esos niños, quién
se hace cargo de su educación. El problema es otro – dice Fontaine – ya que los
padres no se preguntan si el establecimiento lucra, sino por la calidad de la
educación que entregan”. Esto hace suponer que el mero hecho de poseer demanda
es razón suficiente para que dichos establecimientos existan. Tal como indicó el día de hoy el Senador Juan Antonio Gómez, “los padres que no tienen recursos no tienen
ninguna opción de elegir donde estudiarán sus hijos, sino que van a las escuelas
gratuítas, es decir, a las públicas”. Esa es la realidad, poseemos un sistema
absolutamente segregado (Chile se ubica en el penúltimo lugar en segregación sociocultural según la OCDE), por lo que las familias que han sido socializadas en la lógica de que lo privado siempre es mejor que lo público (CIES FACSO-UCH, 2011) optan por una educación privada aunque ésta, como ya hemos demostrado, sea de peor o
similar calidad que la pública, ya que en dicha escuela particular subvencionada con
fines de lucro, el apoderado deberá cancelar un aporte conocido como financiamiento
compartido.
6. En este marco del debate es necesario considerar, finalmente, que la matrícula ha
crecido de manera importante en los últimos diez años, pero desde el sector privado.
Mariana Aylwin (ex Ministra de Educación) ha valorado este aporte de los privados, ya que gracias a ellos la cobertura que existe hoy es posible, ya que los municipios no tuvieron la voluntad ni la capacidad para crear nuevos establecimientos. Ello es una verdad a medias pues la cobertura del sistema fiscal superaba el 80% en la educación
básica y el 70 % en la educación media al año 73, es decir nunca se requirió privatizar
para lograr cobertura, pues el sistema público podía lograrlo de no mediar un golpe de
Estado. La promesa que hicieron quienes defienden el actual sistema fue alcanzar
mayor calidad y la crisis actual es de calidad, es decir fracasaron. Lo que falta indicar
allí es que los privados lograron dar la cobertura a costa de importantes aportes del
Estado para infraestructura y mantenimiento. Ello supuso un esfuerzo económico
importante de parte del Estado por ampliar la cobertura. Ante esto surge la necesidad
de preguntarse ¿por qué ese esfuerzo no fue hecho desde la escuela pública? ¿por
qué se financió a privados para instalar escuelas que ampliaran la cobertura? La
respuesta es simple: Porque no existe un sistema público de educación coherente y
financiado por el Estado (a través de presupuesto de la nación y no vía subvención) y porque las políticas públicas en educación, desde hace más de 30 años, están en la
línea de convertirla en un mercado donde el negocio y el lucro sean los que primen,
porque al final del día, tal como dijo el presidente Piñera, “la educación es un bien de consumo” y “nada es gratis en la vida”.
7. Como educadores creemos que los argumentos esbozados desde el oficialismo y los
defensores del lucro no se sostienen. Tal como dijo hoy Nicolás Grau en una columna
de El Mostrador que “la defensa del lucro es una defensa a una libertad sin
contenido, pues tales establecimientos, en el mejor de los casos, no agregan nada
nuevo al sistema, nada que realmente expanda las opciones de los apoderados y
alumnos (a menos que el tema sea la libertad de empresa, pero aquello ya nisiquiera se atreven a decirlo).
Departamento de Educación y Perfeccionamiento
Colegio de Profesores de Chile A.G.

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